EL PARQUE GONZÁLEZ HONTORIA
«Una vez al año y durante toda una semana, nuestro parque González Hontoria, recobra su antiguo esplendor y todo ello gracias a que en su recinto se celebra la Feria del Caballo. Mucho de la grandeza de nuestra feria se lo debe al marco en el que se encuadra, no todas las ciudades tienen el privilegio de tener una feria en un parque, ni en todos los parques se pueden celebrar una feria con la grandeza y la categoría de la de Jerez. Por eso es triste comprobar cómo en estos días se le presta toda la atención del mundo al González Hontoria y se nos llena la boca hablando de las bellezas que encierra y luego, el próximo lunes, nos llegue la triste realidad, porque el parque vuelve a ser un lugar olvidado y sin más interés hasta que llegue una nueva feria. Nuestro parque no merece ser ignorado. Aún permanece en la mente de muchos jerezanos, tiempos en los que el parque González Hontoria era un auténtico recreo que invitaba al paseo y a la convivencia, con unos jardines de la Rosaleda llenos de flores, de arcos de pinos, con estatuas alegóricas de las estaciones del año, con sus paseos concurridos, entre cochecitos para niños y padres tomándose los aperitivos en el bar de Benjamín, con su aspecto romántico y su fuente que ofrecía un frescor delicioso. El González Hontoria es para los jerezanos, lo que el Retiro supone para los madrileños, el parque María Luisa para los sevillanos o el parque Genovés para la gente de Cádiz, es el pulmón histórico de la ciudad, por muchos otros parques que se creen con mayores dimensiones o modernas prestaciones.
Los parques históricos están unidos a la vida de los ciudadanos, en ellos se han desarrollados muchos momentos entrañables que quedan marcados para siempre, pasear por ellos es un revivir los recuerdos y un estímulo para los sentidos, por ello es necesario que nuestro parque González Hontoria recobre esa belleza y esa actividad de antaño, que se busquen fórmulas para reavivarlo no sólo cada semana de feria o en la fiesta de San Antón, sino todo el año; para que sus jardines vuelvan a tener el cuido y la belleza de antes, para que sus paseos se vean concurridos al igual que vemos otras zonas verdes de la ciudad.
Éste no es el parque de la feria, es el parque de siempre, el parque de los grandes eventos y, también, el de las pequeñas vivencias. » Eduardo Velo García
EL PROYECTO
El proyecto nace de la necesidad de acondicionar los jardines de la Rosaleda con la creación de un espacio destinado al ocio y la restauración. El edificio se tenía que integrar por completo en el lugar, que surgiera de la propia naturaleza, un edificio orgánico que completara el entorno.
Para ello, partimos del estudio de las células vegetales y de las formas de unión entre ellas, que generan un tramado de formas poligonales irregulares que nos servirán de base para el proyecto.
Con esas formas poligonales, tallamos el volumen del edificio para adaptarlo al contexto en el que nos encontramos y al funcionamiento que el edificio requiere, adquiriendo formalmente el edificio la apariencia de una hoja caída de un árbol de nuestro Parque.
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